miércoles, 1 de junio de 2011

LA CALLE DONDE VIVO - Juan Manuel Giménez


La calle donde vivo es muy distinta a las demás, cada mañana se escucha el cantar de los pájaros que anuncian un nuevo despertar, lleno de sorpresas e incertidumbres, acompañado de un rico olor a café mañanero que nos da las energías para el desarrollo de las actividades del día.

De pronto se escucha un largo silbido, que pone alerta a la llegada de nuevas noticias, es el periodiquero, que grita con una voz fuerte, tengo la prensa, el informador y el impulso, toda la comunidad esperando con ansia su llegada; mientras que al mismo tiempo se escuchan los famosos conductores de los automóviles de dos ruedas, como son los llamados moto taxis, ofreciendo el servicio a cada persona que transita por la calle, es tan bueno su servicio que se acercan hasta las puertas de sus casas a recogerlos.

En el transcurso del día la calle se torna silenciosa, hasta horas del mediodía cuando tal silencio es interrumpido por el sonar de las bocinas, son los transportes escolares que llegan a dejar a los chiquillos en las casas, así como también personas que llegan para degustar el almuerzo, momento propicio para contar entre cortas líneas lo sucedido en la mañana; luego vuelven a salir a sus lugares de trabajo, volviendo a ensordecer el silencio.

Es hasta la caída de la tarde, ya en el oscurecer del cielo, cuando las personas vienen a liberar el cansancio y el stress del día, volviéndose la calle una especie de rocola, donde se pueden escuchar canciones de distintos géneros a elevado volumen para todos los gustos, trayendo a la mente de los vecinos recuerdos de amores, de cuando salían a bailar a las discotecas, de cómo conocieron a sus parejas y a la vez disfrutando de su respectiva cena.

Hasta que llega la hora de dormir, momento propicio para dar gracias a Dios por el día vivido, donde la calle vuelve a retomar un silencio total, ojo no todas las veces, específicamente, los fines de semanas donde muchas veces es imposible conciliar el sueño, bien sea por fiestas o personas que se reúnen en la calle para ingerir bebidas alcohólicas a altas horas de la madrugada, hasta que el cuerpo aguante, es a partir de ese momento que las personas pueden disfrutar de un rico sueño…

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